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El Analista

martes, 2 de marzo de 2010

Apertura de Sesiones 2010: Las tristes vanidades de CFK

Escuchar las palabras de la Presidenta en el día de la fecha, resultó un ejercicio de aprendizaje que nos describió con total claridad la errada concepción política que sustenta el Poder gubernamental por estos días y que se viene forjando desde el momento en que el Gobierno se decidió a construir Poder Político y a dejar de construir Estado.

Desde hace tiempo, el Gobierno dejó de ser interprete, para pasar a ser generador de interpretaciones, algo que en el arte puede ser todo una virtud, pero que en política resulta catastrófico. Acción política representa, básicamente, comunicación y percepción, y este Gobierno degrada lo primero y carece de lo segundo.

En la ceremonia de Apertura de Sesiones, llevada adelante en el Congreso de la Nación, CFK dejó en claro que, desde su antojadiza mirada, la política puede dar lugar a la construcción de un cúmulo de vanidades varias y, desde mi mirada personal, hacer que se fortalezca la única previsibilidad presente en la Argentina: la previsibilidad del descontento y la provocación.

Hoy escuche decir a CFK "Todos los que estamos aquí, queremos ser todo y mucho más. Por eso estoy en donde estoy", en clara alusión a la persona de los legisladores que escuchaban sus palabras. Es todo un avance que el kirchnerismo reconozca su absolutismo y sus tristes vanidades, y mucho más claro es el panorama, cuando esas palabras son festejadas por algunos legisladores, no solo del Bloque oficialista, sino que por quienes ofician de "oposición razonable, que apoya lo que está bien y se opone a la que está mal".

Las palabras de la Presidenta no hicieron más que clarificar la perversa concepción de un modelo, sin modales democráticos, de un modelo, sin modales de razonabilidad.

Hoy escuche decir a CFK "cuando perdí una elección (en el Congreso), jamás acudí a la Justicia". Llamativo punto de vista de una Presidenta, que justifica el criterio gubernamental y, diría, una política de Estado, decretada internamente entre peronistas de cualquier especie, que se resume en el "sale o sale", cuando se impulsan leyes reñidas y enfrentadas a otras leyes y dispuesto a esquivar cualquier cuestionamiento constitucional.

Si alguien que está acostumbrado a delinquir dijera "cada vez que me robaron, jamás hice la denuncia", sería como escuchar una primitiva y antojadiza justificación de un accionar en el que no existen límites entre víctima y victimario. La desafortunada frase de la Presidenta no hace más que emparentarla con este perverso criterio.

En el mismo discurso, escuche a CFK, interrogar al auditorio, diciendo "¿Cómo se enfría la economía?". Creo que la respuesta no exige de mucha complejidad en su respuesta: se enfría dejando sin capacidad de consumo a la gente, limitando el acceso a servicios básicos y permitiendo la concentración de la economía en pocas manos. El kirchnerismo, en pleno verano, nos está matando de frío de a poco.

A partir del 28 de Junio de 2009, en la Argentina han quedado diferenciados dos sectores sociales que buscan cosas distintas: uno es el kirchnerismo. El otro es la opinión pública, y en esto nada tiene que ver Clarín, TN, o cualquier otro medio periodístico. Esta situación parte de las desinteligencias de un Poder, que se cree poderoso y que, día a día, construye no solo una realidad virtual, sino que un Poder sin autoridad moral para mirar a los ojos a la gente.

Hernán Di Dodo

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